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En la era agrícola, una de las competencias que debían adquirir sus habitantes, era la competencia de cardar lino, -"Preparar con la carda una materia textil para el hilado" RAE-. Teniendo esta competencia, a partir de una planta, lino, que sembraban y recogían, la sometían a un proceso de cardar consistente en separar el lino de la estopa, lo útil de los desechos. Fabricaban, de esta forma, toda una variedad de productos textiles tales como vestidos, paños, etc., muy útiles, que utilizaban en sus hogares.
En esta era, las nuevas tecnologías y sobre todo la expansión de Internet generaron la cibercultura. El filósofo Pierre Lévy la aborda en su libro “La cibercultura: ¿el segundo diluvio?”
Todo parece indicar que nos están ahogando con un exceso de información, y que la nueva y sofisticada arma de manipulación, ya no sigue la estrategia de ocultar la información y el conocimiento manteniendo a la gente en la ignorancia sino todo lo contrario: proporcionando tal exceso de información que ya no sepamos diferenciar la buena de la mala, la verdadera de la falsa, el grano de la paja.
La constante interacción entre personas, que nos permite a todos y cada uno exponer nuestra opinión abiertamente en foros masivos de redes sociales, profesionales y demás, hace que sea imprescindible utilizar la competencia de cardar, ya no lino, en este caso, sino información, con el objetivo de diferenciar la buena de la mala, el grano de la paja, lo aplicable de lo utópico, lo práctico de lo teórico, lo que aporta resultados de lo que nos hace perder el tiempo, o peor todavía, nos lleva a tomar decisiones equivocadas a partir de información falsa y manipulativa.
La manipulación es la herramienta más utilizada hoy en día, para que dejemos las riendas de nuestra vida en manos de otros y nos convirtamos en meros títeres, movidos por hilos invisibles de los que no somos conscientes.
Ya no se trata de mantener a las personas ignorantes ocultándole información y conocimientos. Se trata de seguir manteniéndolas ignorantes pero con una estrategia distinta y contraria a la anterior: darle un exceso de ambos de tal forma que no sepa procesarlos adecuadamente y acabe confundiendo – permítaseme el término coloquial- el tocino con la velocidad. Leer: CARROÑA INFORMATIVA https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/carrona-informativa.html
La vacuna: PRÁCTICA de la AUTOGESTIÓN
Decíamos en el artículo anterior, que el desarrollo de este Decálogo nació englobado en lo que llamamos Competencias Horizontales - también denominadas Competencia Transversales- , y de forma más amplia dentro de la Inteligencia Emocional.
Podemos entender la Autogestión como la Metacompetencia Transversal por excelencia, que se manifiesta en todos los órdenes de nuestra actuación en las diversas facetas de la vida. “Una metacompetencia es una competencia que es tan poderosa que influye sobre la capacidad de la persona para adquirir otras competencias” Briscoe & Hall (1999)
Ya podemos haber alcanzado un gran desarrollo de las "competencias duras", aquellas que desarrollamos en la carrera - que correlacionan con la inteligencia psicométrica, CI- y luego ponemos de manifiesto en el puesto de trabajo. Si careces por completo de la Metacompetencia de Autogestión no te servirán de mucho, para lograr una vida satisfactoria con un elevado BIS: Bienestar Individual Subjetivo. Voy a poner un ejemplo, un tanto exagerado, en el sentido de que sobrepasa los límites de lo normal, de lo justo y de lo conveniente, pero muy claro e inteligible en el contexto actual: si te has esforzado para sacar adelante una ingeniería con un buen expediente -competencias duras- , pero luego te pasas la vida como "proletariado del teclado", tu desarrollo de la Autogestión - competencias blandas que correlacionan, no con el CI, pero sí con las "disposiciones mentales" - está por los suelos y no ha sido satisfactorio.
Entiéndase lo del “proletariado del teclado” dentro del siguiente contexto- voy a repetir lo dicho en el artículo anterior- : Si te incorporas al mercado laboral con un buen expediente, lo normal, a mi juicio, es que tengas en cuenta la siguiente fracción para ver lo que te ofrecen: Arriba, en el numerador, aparecen tres conceptos: Dinero + Tareas + Proyecto de empresa. Abajo, en el denominador, aparecen dos: Incomodidades e Incertidumbre.
En función de donde pongas el foco, de como priorices cada término del numerador, podrás calcular las probabilidades de caer en un trabajo con un elevado grado de precarización o, por lo contrario, un trabajo que te permita lograr un alto desarrollo personal y profesional. En otro artículo posterior explicaremos la combinación más óptima de los términos de la fracción. Decirte, anticipando un poco la cuestión, que si tan solo tienes en cuenta el dinero del numerador y las incomodidades del denominador, corres un gran riesgo de que termines haciendo el resto de tu vida un trabajo precario y poco estimulante. Te estarías moviendo estrictamente por una motivación extrínseca – “ganarse los garbanzos”- y considerando el trabajo como "castigo": "ganarás el pan con el sudor de tu frente"; te perderías los grandes alicientes que proporciona un trabajo considerado como fuente de realización personal que activa la motivación intrínseca.
Con el término de autogestión hablamos de la capacidad de una persona para realizar acciones por si misma sin la necesidad de recibir atención por parte de otras personas. Hablamos de proactividad, de autonomía, de escapar de donde quieran llevarte de la mano como a un niño al que no se le da la oportunidad de madurar y crecer. Hablamos de personas dispuestas a dirigir su propia vida. Hablamos de personas que tienen muy claro lo que quieren y planifican su vida dispuestos a mantener lo que quieren y ya tienen, y a conseguir lo que quieren pero que aún no tienen.
Nicolás Maxwell que propone una revolución cultural que evolucione desde el conocimiento a la sabiduría, define la libertad como “la capacidad de conseguir lo valioso en una amplia variedad de circunstancias”. Esto exige, empezar por diferenciar de forma nítida entre precio y valor.
¿Tienes claro que es para ti lo valioso?
El rasgo más definitorio de la Autogestión, a mi juicio, es el de tener una firme y constante disposición mental a “crear opciones”, de tal forma que nunca se vea uno entre la “espada y la pared”, disponiendo habitualmente de un suficiente número de alternativas, desde el que pueda elegir lo que más le convenga, sin convertirse en rehén de nada ni de nadie.
Los primeros creen que sus logros se deben a su capacidad innata; temen al fracaso ya que les pone en cuestión y les hace dudar de sus propias capacidades. No lo dice ella, pero yo creo que le baja su nivel de autoeficacia, que definimos, en un video que aportamos en este decálogo, como 'las probabilidades subjetivas que calculamos, antes de empezar un proyecto, de conseguirlo a no. Si nos vemos ante el mismo con poca autoeficacia, lo más probable es que no lo consigamos – explico en el video el por qué es así-. Bandura la define como "la creencia en la propia capacidad de organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para gestionar las situaciones posibles".
Los segundos, los de Mentalidad de Crecimiento, creen
que todo puede mejorarse y es modificable con aprendizaje y esfuerzo. Para
ellos el fracaso es una fuente de aprendizaje y por lo tanto ni les preocupa ni
lo temen.
Para Carol Dweck, las Disposiciones Mentales tiene una mayor influencia en la vida de una persona que los recursos cognitivos que esta tenga y vaticina que las personas con mentalidad de crecimiento lograrán en su vida un mayor BIS: Bienestar Individual Subjetivo y un mayor éxito.
La Autogestión, según lo que llevamos expuesto, se relaciona más con una Mentalidad de Crecimiento que con una Mentalidad Fija.
Nos dice Carol: "Los estudiantes que tienen una mentalidad fija creen que sus habilidades básicas, su inteligencia, sus talentos, son solo rasgos fijos. Tienen una cierta cantidad y eso es todo, y luego su objetivo es lucir inteligentes todo el tiempo y nunca parecer tontos. Los estudiantes con mentalidad de crecimiento, entienden que sus talentos y habilidades pueden desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia. No necesariamente piensan que todos son iguales o que cualquiera puede ser Einstein, pero creen que todos pueden volverse más inteligentes si se esfuerzan en ello".
El resaltado en negrita es mío: me parece un perfecto ejemplo para diferenciar entre el "optimismo de pandereta"-hacernos creer que todos somos un Einstein- y el "optimismo funcional"- las habilidades pueden desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia-.
Para alcanzar esta autogestión la competencia de cardar, en el sentido que aquí exponemos, es el primer e imprescindible requisito. Me he inclinado por la palabra cardar, por la fuerza de la analogía de desechar la estopa del lino en la era agrícola, y la desinformación basada, no en la escasez, sino en la saturación de la información en los tiempos actuales, con la cual nos someten a un proceso de atiborrar nuestros sentidos perceptivos con 'estopa' ahogando nuestro cerebro y logrando como resultado final que nos alejemos de la auto gestión y nos convirtamos en meros comparsas de los demás y de las circunstancias.
Pero no elegí cardar tan solo por eso, sino que su potencia como regla memotécnica para recordar tres principios (CAR) y tres métricas (DAR) fundamentales en la vida de toda persona que quiera practicar la auto gestión y conducir su vida. Cardar nos permite memorizar y recordar los dos primeros principios de este Decálogo de Autogestión:
El primero de ellos "Cardar para saber mirar" en el cual se encierran los tres principios básicos de la autogestión, y el segundo, "Cardar para progresar" en el que se sintetizan tres métricas, que no solo nos permitirán medir nuestro progreso, sino, además, entender la lógica de la vida.
¿Filtras lo esencial de todo el flujo de información que recibes y sabes diferenciar lo importante de lo accesorio?
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