jueves, 5 de noviembre de 2020

Cardar para saber mirar

 

 


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CARdar como COMPETENCIA


Entendiendo el contexto 

Hace 2 millones de años Homo Habilis  se dedicaba a cazar. Actualmente Homo sapiens, aparecido hace 50.000 años, se dedica a pensar.

 Homo sapiens -hombre sabio, capaz de conocer- se desarrolló y evolucionó por  la era agrícola y la industrial, utilizando, como factores productivos o recursos para producir los bienes y servicios que consumía y disfrutaba, la tierra, el capital, el trabajo y el conocimiento,  en distintas cantidades e intensidades,  en función de cada una de las eras según se ve en el gráfico que aparece más abajo. Así, en la era agrícola, la tierra y el trabajo eran los factores prioritarios y más utilizados ; el capital y el conocimiento quedaban relegados a un segundo plano.



  En 1969 aparece en la obra The Age of Discontinuit de Peter Drucker,   La sociedad del conocimiento   en la cual, según Drucker, el factor productivo por excelencia pasa a ser el conocimiento, hasta el punto de que hacia el año 1971 el 50% del PIB sería generado, según Drucker,  por medio de las nuevas tecnologías,  aparecidas en la  Sociedad de la Información,    a través del conocimiento. 

                          

 En la era agrícola, una de las competencias que era necesario desarrollar, era la competencia de cardar lino, -"Preparar con la carda una materia textil para el hilado". RAE-. Teniendo esta competencia, a partir de una planta de lino, que sembraban y recogían, la sometían a un proceso de cardar consistente en separar el lino de la estopa, lo útil de los desechos. Fabricaban, de esta forma,  toda una variedad de productos textiles tales como vestidos, paños, etc., muy útiles y prácticos  que  utilizaban en sus hogares.

 En la era del Conocimiento, el factor productivo por excelencia es el conocimiento, le sigue el capital, y el trabajo y la tierra quedan relegados a un segundo plano. El saber desbanca al capital como recurso preferente para generar riqueza. Emerge el trabajador del conocimiento.

En esta era, las nuevas tecnologías, y sobre todo la expansión de Internet,  generaron la cibercultura. El filósofo   Pierre Levy    la aborda en su libro “La cibercultura: ¿el segundo diluvio?”

 Todo parece indicar que nos están ahogando con un exceso de información,  y que la nueva y sofisticada arma de manipulación,  ya no sigue la estrategia de  ocultar la información y el conocimiento manteniendo a la gente en la ignorancia  sino todo lo contrario: proporcionando tal exceso de información que ya no sepamos diferenciar la buena de la mala, la verdadera de la falsa, el grano de la paja. 

Escribe cualquier término en tu buscador y verás gráficamente esto que estamos hablando. Acabo de meter en Google el término "conciencia"  y aparecen del orden de 81.00.000 de resultados - 29-01-2021: 9 h.-. Repito la operación el 23-09-2021 9:57 horas y aparecen    101.000.000 resultados. 

La constante interacción entre personas,  que nos permite a todos y cada uno exponer nuestra opinión abiertamente en foros  masivos de redes sociales, profesionales y demás,  hace que sea imprescindible utilizar la competencia de cardar, ya no lino, en este caso,  sino información, con el objetivo de   diferenciar la buena de la malael grano de la paja, lo aplicable de lo utópico, lo práctico de lo teórico, lo que aporta resultados de lo que nos hace perder el tiempo, o peor todavía, nos lleva a tomar decisiones equivocadas a partir de información falsa y manipulada.[1] 

Ya no se trata de mantener a las personas ignorantes ocultándole información y conocimientos- estrategia muy utilizada en el mundo laboral de antes que se sintetiza muy bien con una frase que algunos jefes decían a sus subordinados: "tú a trabajar que para pensar ya estoy yo". Se trata de seguir manteniéndolas ignorantes pero con una estrategia distinta y contraria a la anterior: darle un exceso de ambos de tal forma que no sepa procesarlos adecuadamente y acabe confundiendo – permítaseme el término  coloquial-  el tocino con la velocidad. 

  La manipulación es la herramienta más utilizada hoy en día,  para que dejemos las riendas de nuestra vida en manos de otros y nos convirtamos en meros títeres, movidos por hilos invisibles de los que no somos conscientes. 


             

 La vacuna: práctica de la AUTOGESTIÓN 

Decíamos en el artículo anterior, que el desarrollo de este Decálogo nació  englobado en lo que llamamos Competencias Horizontales – también denominadas Competencia Transversales- , y de forma más amplia dentro de la Inteligencia Emocional- CE-.

Podemos entender la Autogestión como la  Meta competencia Transversal por excelencia,  que se manifiesta en todos los órdenes de nuestra actuación en las diversas facetas de la vida. “Una meta competencia es una competencia que es tan poderosa que influye sobre la capacidad de la persona para adquirir otras competencias” [2]

 Ya podemos haber alcanzado un gran desarrollo de las “competencias duras”, aquellas que desarrollamos en la carrera -  que correlacionan con la inteligencia psicométrica, CI- y que ponemos de manifiesto en el puesto de trabajo. Si careces por completo de la Meta competencia de Autogestión,  no te servirán de mucho,  para lograr una vida satisfactoria con  un elevado BIS: Bienestar Individual Subjetivo.  Voy a poner un ejemplo, un tanto exagerado, en el sentido de que sobrepasa los límites de lo normal, de lo justo y de lo conveniente, pero muy claro e inteligible en el contexto actual: si te has esforzado para sacar adelante una ingeniería con un buen expediente –competencias duras- , pero luego te pasas la vida como “proletariado del teclado”,  tu desarrollo de la Autogestión – competencias blandas que correlacionan, no con el CI,  pero sí con el CE, y con las “disposiciones mentales” – fue deficiente. 

 

Entiéndase lo del  “proletariado del teclado” dentro del siguiente contexto- voy a repetir parte de lo dicho en el artículo anterior- : Si te incorporas al mercado laboral con un buen expediente,  lo normal, a mi juicio, es que tengas en cuenta la siguiente fracción para ver lo que te ofrecen: Arriba, en el numerador,  aparecen tres conceptos: Dinero + Tareas + Proyecto de empresa. Abajo, en el denominador, aparecen dos: Incomodidades e Incertidumbre. 

En función de donde pongas el foco- saber mirar- , de cómo priorices cada término del numerador, podrás calcular las probabilidades de caer en un trabajo con un elevado grado de precarización o, por lo contrario, un trabajo que te permita lograr un alto desarrollo personal y profesional.

Si tan solo tienes en cuenta el dinero del numerador y las incomodidades del denominador, corres un gran riesgo de que termines haciendo el resto de tu vida un trabajo precario y poco estimulante - "Ganarás el pan con el sudor de tu frente"-.

Si pones el foco - saber mirar-  en las tareas del numerador y priorizan su contenido de tal forma que te permitan formarte, desarrollarte, retarte estás consiguiendo el desarrollo de dos variables que van a tener en tu vida una incidencia decisiva: La variable TALENTO y la variable RETO. 

Para optar por esta opción es necesario tener la suficiente claridad mental y  desarrollar la "Escala del Saber" - datos, información, conocimientos, sabiduría [3]- hasta el último escalón.


 

Si además también  llama tu atención en el numerador el  Proyecto de empresa  al que te sumas, y este te convence, - "Me gusta lo que hago por que beneficia a mucha gente"-  acabarás creando en esa empresa unos anclajes emocionales que desarrollarán tu motivación y entusiasmo en tu trabajo y te llevarán a conseguir un elevado  BIS – Bienestar Individual Subjetivo – en la vida además de un -BO: Bienestar Objetivo, medido por variables cuantitativas- . La calidad de vida que logres así disipará las Incomodidades y la Incertidumbre del denominador.

 Con el término de autogestión hablamos de la capacidad de  una persona para realizar acciones por si misma sin la necesidad de recibir atención por parte de otras personas. Hablamos de proactividad, de autonomía, de escapar de donde quieran llevarte de la mano como a un niño, de automatizarte como a un robot, al que no se le da la oportunidad de madurar y crecer.  Hablamos de personas dispuestas a dirigir su propia vida. Hablamos de personas que tienen muy claro lo que quieren y planifican su vida dispuestos a mantener lo que  quieren y ya tienen,  y a conseguir lo que quieren pero que aún no tienen. 



  Personas que no caen en el virus del “optimismo de pandereta” – destacada “filosofía” especializada en manipular ocultando y deformando la realidad a las personas y generando expectativas irreales, llegando , en un plazo más o menos amplio,  a la frustración, al resentimiento y al victimismo-.[4]




 Personas que mantienen  como fuente de energía un vital optimismo funcional  a través del cual se marcan objetivos realistas que cumplan los parámetros propios de todo objetivo, y añadiéndole dos parámetros más que no suelen aparecer en los objetivos organizacionales: que estén bajo su propio control personal, es decir,   que pueda sacarlos adelante por sí mismas; segundo, que sean ecológicos, es decir, evaluando el impacto que van a tener en su vida futura una vez que los consigan.

Nicolás Maxwell que propone una revolución cultural que evolucione desde el conocimiento a la sabiduría, define la libertad como “la capacidad de conseguir lo valioso en una amplia variedad de circunstancias”. Esto exige, empezar por diferenciar de forma nítida entre precio y valor. 


¿Tienes  claro que es para ti lo valioso?


   

"Decidí que mi deseo anterior de ser un gran físico teórico y dominar el universo, y mi deseo de ser un gran novelista y maestro de la vida humana, eran ambos, cuando se los llevaba al límite, aspectos del deseo de convertirme en Dios. Esto no solo era absurdo; era indeseable. Mucho más deseable era ser algo que, hasta entonces, me había parecido demasiado insignificante para merecer ninguna consideración: yo mismo.”- la negrita es mía." [5]



No olvidemos que el éxito personal es la la suma de éxito exterior- el que tenemos en el mundo- y el éxito interno - la satisfacción personal.




En mi opinión, el rasgo más definitorio de la Autogestión, a mi juicio,  es el de tener una firme y constante disposición mental a “crear opciones”, de tal forma que nunca se vea uno entre la “espada y la pared”, disponiendo habitualmente de  un suficiente número de alternativas,  desde el que pueda elegir lo que más le convenga, sin convertirse en rehén de nada ni de nadie.



  Según Carol Dweck podemos ubicar a todas las personas a lo largo de un continuo que va desde Mentalidad Fija hasta Mentalidad de Crecimiento.

Los primeros creen que sus logros se deben a su capacidad innata; temen al fracaso ya que les pone en cuestión y les hace dudar de sus propias capacidades. No lo dice ella,  pero yo creo que le baja su nivel de autoeficacia, que definimos en un video que aportamos en este decálogo,  como las probabilidades subjetivas que calculamos, antes de empezar un proyecto,  de conseguirlo a no. Si nos vemos ante el mismo con poca autoeficacia,  lo más probable es que no lo consigamos – explico en el video el por qué es así-. Bandura la define como “la creencia en la propia capacidad de organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para gestionar las situaciones posibles”

Los segundos, los de Mentalidad de Crecimiento, creen que todo puede mejorarse y es modificable con aprendizaje y esfuerzo. Para ellos el fracaso es una fuente de aprendizaje y por lo tanto ni les preocupa ni lo temen.

Para Carol Dweck, las Disposiciones Mentales tiene una mayor influencia en la vida de una persona que los recursos cognitivos que esta tenga y vaticina que las personas con mentalidad de crecimiento lograrán en su vida un mayor BIS: Bienestar Individual Subjetivo y un mayor éxito. 

 La Autogestión, según lo que llevamos expuesto,  se relaciona más con una Mentalidad de Crecimiento que con una Mentalidad Fija.




 

Nos dice Carol: “Los estudiantes que tienen una mentalidad fija  creen que sus habilidades básicas, su inteligencia, sus talentos, son solo rasgos fijos. Tienen una cierta cantidad y eso es todo, y luego su objetivo es lucir inteligentes todo el tiempo y nunca parecer tontos.  Los estudiantes con mentalidad de crecimiento,  entienden que sus talentos y habilidades pueden desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia. No necesariamente piensan que todos son iguales o que cualquiera puede ser Einstein, pero creen que todos pueden volverse más inteligentes si se esfuerzan en ello”.

 El resaltado en negrita es mío: me parece un perfecto ejemplo para diferenciar entre el “optimismo de pandereta”- hacernos creer que todos somos un Einstein- y el “optimismo funcional”- las habilidades pueden desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia-.

Para alcanzar esta autogestión la competencia de cardar,  en el sentido que aquí exponemos, es el primer e imprescindible requisito. 


 Aclarando conceptos

 Me he inclinado por la palabra cardar,  por la fuerza de la  analogía de desechar la estopa del lino en la era agrícola,  y la desinformación basada, no en la escasez,  sino en la saturación  de la información en los tiempos actuales,  con la cual nos someten a un proceso de atiborrar nuestros sentidos perceptivos con ‘estopa’ ahogando nuestro cerebro y logrando como resultado final que nos alejemos de la Auto Gestión y nos convirtamos en meros comparsas de los demás y de las circunstancias.  



 Pero no  elegí cardar tan solo por eso, sino que su potencia como regla mnemotécnica  para recordar tres principios (CAR)  y tres métricas (DAR) fundamentales en la vida de toda persona que quiera practicar la Auto Gestión  y conducir su vida. Cardar nos permite memorizar y recordar los dos primeros principios de este Decálogo de Autogestión:







El primero de ellos “CARdar para saber mirar” en el cual se encierran los tres principios básicos de la autogestión: Conciencia, Autocreencia y Responsabilidad.

 El segundo, “CarDAR para progresar”: Desarrollo personal y Profesional, Aportaciones que hacemos al entorno y Recompensas que recibimos de ese entorno. 

Este segundo principio del Decálogo de Autogestión,  sintetiza tres métricas, que no solo nos permitirán medir nuestro progreso,  sino, además, entender la lógica de la vida.

 ¿Filtras lo esencial de todo el flujo de información que recibes y sabes diferenciar lo importante de lo accesorio?

Ver VIDEO:

https://tv.uvigo.es/video/5b5b62fe8f420804526d0554

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Referencias bibliográficas:

 COLLINS, Randall: SOCIOLOGÍA DE LAS FILOSOFÍAS. Una teoría global del cambio intelectual. Editorial Hacer, S.L. 2005

 [1]  CARROÑA INFORMATIVA   https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/carrona-informativa.html

 [2]  Briscoe & Hall (1999)

[3] LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 1: PERSPECTIVA Y CLARIDAD MENTAL

 https://www.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/596982680448187975 

[4]  ¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)

https://www.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/8250054928485987236

[5]  Nicholas Maxwell. Sobre mí:https://www.ucl.ac.uk/from-knowledge-to-wisdom/aboutme


 

 

 

 

 









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