¿Qué buscas?
¿De donde partes?
“El conocimiento nace y se transmite a través de grupos que comparten “espacios de atención”, es decir, colectividades de seguidores”. Randall Collins
¿Cómo cardar la
información?
¿Cómo filtrar lo esencial, de todo el flujo de información que recibimos, y saber diferenciar lo importante de lo accesorio?
Para dar respuesta a las preguntas con las que iniciamos este artículo, lo primero que hay que tener en cuenta es la Atención, la cual es la llave de entrada a nuestro cerebro: de todo un torrente de estímulos que nos están acosando en todo momento, solamente procesamos aquellos a los que prestamos atención.
Atender es "estar despierto hacia algo". Presupone disposición física (ojos abiertos, cierta tensión muscular, etc.) y preparación mental o estar a la expectativa. Es darnos cuenta de lo que vemos, sentimos, oímos o leemos."[1] Esto nos decía el jesuita Narciso Irala en el libro que se referencia en la bibliografía y que conservo desde mi adolescencia. Era todo un maestro de lo que entonces se llamaba cultura psíquica o higiene mental.
Un ejemplo nos permitirá comprender esto. Imaginemos que vas a un organismo oficial para resolver un problema que tienes. Una vez que llegas al funcionario de turno, al que corresponde la solución del mismo, en cuanto le empiezas a contar el problema, desvía el tema sacándote él otro que nada tiene que ver con tu problema, canalizando tu atención hacia lo que te cuenta, para finalmente marcharte de allí sin haber solucionado nada. Utilizaste bien tú atención selectiva poniendo el foco en el problema que tenías que solucionar, pero, no la mantienes el tiempo necesario para que sea efectiva. Fue un método muy utilizado en el mundo laboral y sigue estando de plena actualidad en los políticos que lo utilizan sobre todo con los periodistas ante preguntas comprometidas. En una comunicación asimétrica - el emisor y el receptor tienen diferente grado de poder- el más poderoso, no solo habla más sino que pregunta mucho: el que pregunta dirige la conversación, canalizando la atención del otro con las preguntas que emite.
Caemos en una atención deficiente cuando seguimos e interponemos varias ideas, logrando un rendimiento deficiente y un cansancio más intenso y que aparece más rápido.
"La receptividad es un estado activo y consciente a lo que se recibe, y pasivo a todo lo demás. Tener conciencia de un acto no es pensar en él, sino sentirlo" [2] Nos sigue diciendo Narciso Irala en otro de sus libros también referenciado en el bibliografía.
Si estás absorto en este artículo, estás en estado de atención concentrada la cual nos permite dirigir nuestra mente hacia una sola cosa ignorando todo lo demás. De esta forma estás relacionando la información del artículo con los conocimientos que ya tienes sobre el tema y seguramente, al menos es mi pretensión, tal vez modifique, enriqueciéndolo, tu punto de vista actual sobre el tema, el cual, por muy elaborado que lo tengas, siempre es inferior al mejor punto de vista que se puedes llegar a tener sobre el mismo.
Si "instalas" este programa que software mental que te propongo, tu cerebro establecerá nuevas conexiones neuronales y se enriquecerá. "
Mediante la plasticidad cerebral somos capaces de modificar hábitos o conocimientos predeterminados y aprender cosas nuevas". Sandra Jurado, neurocientífica del CSIC-UMH
Sigamos con el artículo. Si no te “engancha”, y al mismo tiempo que lo lees estás viendo el WhatsApp, consultando un email, o atendiendo a su vez a cualquier otra cosa (confío que no, que el tema haya despertado tu interés), esta falta de atención concentrada, generará distracciones y divagaciones y tu mente se escapará hacia temas que nada tienen que ver, ni con la información del artículo ni con tus conocimientos previos sobre el tema. Caerás en una atención perjudicial, distraída que generará no solo que interrumpas la idea original con la consiguiente pérdida de eficacia y de facultades mentales, entre ellas la claridad mental.
William James definió la atención como “la toma de posesión, por la mente, de un modo claro y vívido, de uno entre varios objetivos o cadenas de pensamientos simultáneamente posibles”. [3] Nuestro cerebro procesa los estímulos de uno en uno, secuencialmente, por lo que es imposible atender, adecuadamente, al mismo tiempo a la lectura de un artículo de este tipo y a lo que pasa en la televisión - son conocidos los males de la multitarea que se trata de implantar en muchos contextos laborales-.
Para que la combinación entre la
información que proceso y los conocimientos que ya tengo en mi cerebro sea
fructífera, hay que recurrir al pensamiento profundo y este es incompatible con
la distracción y requiere de una atención concentrada.
Decálogo
de Autogestión. Cardar para saber mirar
http://tv.uvigo.es/es/video/mm/15177.html
¿Eres consciente del modo en que empleas tu atención?
¿Qué criterios guían tu atención selectiva?
¿Por qué “nichos informativos” te mueves?
¿Qué “espacios de atención” compartes?
¿A quién y a qué prestas tu atención?
[4] IRALA, Narciso: EFICIENCIA SIN FATIGA. Editorial Mensajero. Bilbao 1975. (19 edición) p.23
No hay comentarios:
Publicar un comentario