sábado, 28 de noviembre de 2020

Cardar para saber mirar: La ATENCIÓN

 




¿Qué buscas?

¿De donde partes?





El conocimiento nace y se transmite a través de grupos que comparten “espacios de atención”, es decir, colectividades de seguidores”. Randall Collins

¿Cómo cardar la

 información?


¿Cómo filtrar lo esencial,  de todo el flujo de información que recibimos,  y saber diferenciar lo importante de lo accesorio?

 Para dar respuesta a las preguntas con las que iniciamos este artículo, lo primero que hay que tener en cuenta es la Atención, la cual es la llave de entrada a nuestro cerebro: de todo un torrente de estímulos que nos están acosando en todo momento, solamente procesamos aquellos a los que prestamos atención. 

Atender es "estar despierto hacia algo". Presupone disposición física (ojos abiertos, cierta tensión muscular, etc.) y preparación mental o estar a la expectativa. Es darnos cuenta de lo que vemos, sentimos, oímos o leemos."[1] Esto nos decía  el jesuita Narciso Irala en el libro que se referencia en la bibliografía y que conservo desde mi adolescencia. Era todo un maestro de lo que entonces se llamaba cultura psíquica o higiene mental. 


 

Si tienes tu atención centrada en la lectura de este artículo, has utilizado, en primer lugar,  la atención selectiva para dirigir tu interés hacia el mismo y no, pongamos como ejemplo,  hacia el “programa basura” de determinadas televisiones. El seleccionar aquello a lo que prestamos nuestra atención es muy relevante y genera todo un cúmulo de consecuencias prácticas que inciden de forma decisiva en nuestra vida, para bien o para mal, para mejorarla o para empeorarla.

Un ejemplo nos permitirá comprender esto. Imaginemos que vas a un organismo oficial para resolver un problema que tienes. Una vez que llegas al funcionario de turno, al que corresponde la solución del mismo, en cuanto le empiezas a contar el problema, desvía el tema sacándote él otro que nada tiene que ver con tu problema, canalizando tu atención hacia lo que te cuenta, para finalmente marcharte de allí sin haber solucionado nada.  Utilizaste bien tú atención selectiva poniendo el foco en el problema que tenías que solucionar, pero,  no la mantienes el tiempo necesario para que sea efectiva.  Fue un método muy utilizado en el mundo laboral y sigue estando de  plena actualidad en los políticos que lo utilizan sobre todo con los periodistas ante preguntas comprometidas. En una comunicación asimétrica - el emisor y el receptor tienen diferente grado de poder- el más poderoso,  no solo habla más sino que pregunta mucho: el que pregunta dirige la conversación,  canalizando la atención del otro con las preguntas que emite.

Caemos en una atención deficiente cuando seguimos e interponemos varias ideas, logrando un rendimiento deficiente y un cansancio más intenso y que aparece más rápido.

"La receptividad es un estado activo y consciente a lo que se recibe, y pasivo a todo lo demás. Tener conciencia de un acto no es pensar en él, sino sentirlo" [2]  Nos sigue diciendo Narciso Irala en otro de sus libros también referenciado en el bibliografía.

Si estás absorto en este artículo, estás en estado de atención concentrada la cual nos permite dirigir nuestra mente hacia una sola cosa ignorando todo lo demás. De esta forma estás relacionando la información del artículo  con los conocimientos que ya tienes sobre el tema y seguramente, al menos es mi pretensión, tal vez modifique,  enriqueciéndolo, tu punto de vista actual sobre el tema, el cual, por muy elaborado que lo tengas, siempre es inferior al mejor punto de vista que se puedes llegar a  tener sobre el mismo. 






Puedes tener un punto de vista muy reflexionado  y elaborado sobre un tema, un asunto, una cuestión determinada. Por muy logrado que lo tengas, sin duda está lejos todavía del mejor punto de vista que puedes llegar a tener sobre esa cuestión. Nuestra dificultad para escuchar,  se encuentra en múltiples y profundas cuestiones. Una de ellas,  es la de que en una conversación nos centramos en el punto de vista que tenemos nosotros, y no en el punto de vista que nos expone nuestro interlocutor. Si tú punto de vista sobre algo está elaborado a partir de la anécdota, la paja, lo contingente,  y hablas con alguien que lo tiene un poco más elaborado en base a lo esencial, el grano, un contenido profundo, estás perdiendo una oportunidad de oro de salir de allí con un punto de vista muy mejorado y más cerca del óptimo.  

Si "instalas" este programa que software mental que te propongo, tu cerebro establecerá nuevas conexiones neuronales y se enriquecerá. "

Mediante la plasticidad cerebral somos capaces de modificar hábitos o conocimientos predeterminados y aprender cosas nuevas". Sandra Jurado, neurocientífica del CSIC-UMH

Sigamos con el artículo. Si  no te “engancha”,  y al mismo tiempo que lo lees estás viendo el WhatsApp, consultando un email, o atendiendo a su vez a cualquier otra cosa (confío que no, que el tema haya despertado tu interés),  esta falta de atención concentrada,  generará distracciones y divagaciones y tu mente se escapará hacia temas que nada tienen que ver,  ni con la información del artículo ni con tus conocimientos previos sobre el tema. Caerás en una atención perjudicial, distraída que generará no solo que interrumpas la idea original con la consiguiente pérdida de eficacia y de facultades mentales, entre ellas la claridad mental.  

William James  definió la atención como “la toma de posesión, por la mente, de un modo claro y vívido, de uno entre varios objetivos o cadenas de pensamientos simultáneamente posibles”.  [3] Nuestro cerebro procesa los estímulos de uno en uno, secuencialmente, por lo que es imposible atender, adecuadamente, al mismo tiempo a la lectura de un artículo de este tipo y a lo que pasa en la televisión - son conocidos los males de la multitarea que se trata de implantar en muchos contextos  laborales-.

 Para que la combinación entre la información que proceso y los conocimientos que ya tengo en mi cerebro sea fructífera, hay que recurrir al pensamiento profundo y este es incompatible con la distracción y requiere de una atención concentrada. La atención controla, orienta y regula nuestra actividad consciente. Nos permite tomar conciencia de nuestro entorno, del mundo   exterior y también de lo que ocurre en nuestro mundo interno.


Sin la conciencia de uno mismo no es posible la autogestión y somos  muy propensos a la manipulación y a dejar las riendas de nuestra vida  en manos de otros. La autogestión exige claridad mental, la cual da como resultado la conducta eficaz: una actuación consciente,  controlada por ti tal y como tú previamente has decidido.También tiene mucho que ver con la paz interna. Nos referimos al sosiego mental, a la paz  interior.  La sensación que sentimos después de un periodo de tiempo de una atención concentrada sin interrupciones, distracciones y demás, dan como resultado paz, alegría, tranquilidad y descanso, todo lo cual supone un poderoso tonificante cerebral.

 Es la atención voluntaria la que nos permite decidir aquello hacia lo que vamos a canalizar  nuestro interés y la que requiere una actitud activa - proactividad-.

Lo contrario, una actitud pasiva, genera una atención involuntaria y enfocamos nuestro interés en aquello que determina el  estímulo, anuncio, persona o anécdota que aparece en nuestro entorno - reaccionamos-  no damos la respuesta que elegimos sino la que nos dicta el estímulo que recibimos.   De ahí la importancia de una atención selectiva.

También nos permite la atención voluntaria, seleccionar la información, separar el grano de la paja, quedarnos con los contenidos de algo y no con la anécdota:

Ver video:

Decálogo de Autogestión. Cardar para saber mirar

http://tv.uvigo.es/es/video/mm/15177.html

  "Tenemos atención concentrada cuando seguimos una idea o experiencia con exclusión de otra. Cuando toda nuestra conciencia queda ocupada por lo que leemos, observamos o escuchamos, sin darnos cuenta de otra cosa."[4]





 ¿Eres consciente del modo en que empleas tu atención?

¿Qué criterios guían tu atención selectiva?

¿Por qué “nichos informativos” te mueves?

¿Qué “espacios de atención”  compartes?

¿A quién y a qué prestas tu atención?


 

Referencias bibliográficas:


COLLINS, Randall: SOCIOLOGÍA DE LAS FILOSOFÍAS. Una teoría global del cambio intelectual. Editorial Hacer, S.L. 2005

[1] IRALA, Narciso: EFICIENCIA SIN FATIGA. Editorial Mensajero. Bilbao 1975. (19 edición)  p.15

 [2] IRALA, Narciso: CONTROL CEREBRAL Y EMOCIONAL. Editorial Mensajero. Bilbao 1975. (101 edición)  p.41

[3] Willian James: Principles of Psychology, 1890; citado en  Goleman. Daniel, “Focus. Desarrollar la atención para alcanzar la excelencia” 2013, pág.26)

 [4] IRALA, Narciso: EFICIENCIA SIN FATIGA. Editorial Mensajero. Bilbao 1975. (19 edición)  p.23


 




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