Entendiendo el contexto
Hace 2 millones de años Homo Habilis se
dedicaba a cazar. Actualmente Homo sapiens, aparecido hace 50.000 años, se
dedica a pensar.
Homo
sapiens -hombre sabio, capaz de conocer- se desarrolló y evolucionó por
la era agrícola y la industrial, utilizando, como factores productivos o
recursos para producir los bienes y servicios que consumía y disfrutaba, la
tierra, el capital, el trabajo y el conocimiento, en distintas cantidades
e intensidades, en función de cada una de las eras según se ve en el
gráfico que aparece más abajo. Así, en la era agrícola, la tierra y el trabajo
eran los factores prioritarios y más utilizados ; el capital y el conocimiento
quedaban relegados a un segundo plano.
En 1969 aparece en la obra The Age of
Discontinuit de Peter Drucker, La sociedad del conocimiento
en la cual, según Drucker, el factor productivo por excelencia pasa a ser
el conocimiento, hasta el punto de que hacia el año 1971 el 50% del PIB sería
generado, según Drucker, por medio de las nuevas tecnologías, aparecidas en la Sociedad de la Información, a través del conocimiento.
En
la era agrícola, una de las competencias que era necesario desarrollar, era la competencia de cardar lino, -"Preparar con la carda una
materia textil para el hilado". RAE-.
Teniendo esta competencia, a partir de una planta de lino, que
sembraban y recogían, la sometían a un proceso de cardar consistente en separar
el lino de la estopa, lo útil de los desechos. Fabricaban, de esta
forma, toda una variedad de productos textiles tales
como vestidos, paños, etc., muy útiles y prácticos que utilizaban en
sus hogares.
En
la era del Conocimiento, el factor productivo por excelencia es el
conocimiento, le sigue el capital, y el trabajo y la tierra quedan relegados a
un segundo plano. El saber desbanca al capital como recurso preferente
para generar riqueza. Emerge el trabajador del conocimiento.
En
esta era, las nuevas tecnologías, y sobre todo la expansión de Internet, generaron la cibercultura. El filósofo Pierre Levy la aborda en su
libro “La cibercultura: ¿el segundo diluvio?”
Todo
parece indicar que nos están ahogando con un exceso de
información, y que la nueva y sofisticada arma de manipulación, ya
no sigue la estrategia de ocultar la información y el conocimiento
manteniendo a la gente en la ignorancia sino todo lo contrario: proporcionando
tal exceso de información que ya no sepamos diferenciar la buena de la mala, la
verdadera de la falsa, el grano de la paja.
Escribe
cualquier término en tu buscador y verás gráficamente esto que estamos
hablando. Acabo de meter en Google el término
"conciencia" y aparecen del orden de 81.00.000 de
resultados - 29-01-2021: 9 h.-. Repito la operación el 23-09-2021 9:57 horas y aparecen 101.000.000 resultados.
La constante interacción entre
personas, que nos permite a todos y cada uno exponer nuestra opinión
abiertamente en foros masivos de redes sociales, profesionales
y demás, hace que sea imprescindible utilizar la competencia de cardar,
ya no lino, en este caso, sino información, con el objetivo de diferenciar la buena de la mala, el grano de la paja, lo aplicable de lo utópico, lo
práctico de lo teórico, lo que aporta resultados de lo que nos hace perder el
tiempo, o peor todavía, nos lleva a tomar decisiones equivocadas a partir de
información falsa y manipulada.[1]
Ya no se trata de mantener a las
personas ignorantes ocultándole información y conocimientos- estrategia muy utilizada en el mundo laboral de antes que se sintetiza muy bien con una frase que algunos jefes decían a sus subordinados: "tú a trabajar que para pensar ya estoy yo". Se trata de seguir
manteniéndolas ignorantes pero con una estrategia distinta y contraria a la
anterior: darle un exceso de ambos de tal forma que no sepa procesarlos
adecuadamente y acabe confundiendo – permítaseme el
término coloquial- el tocino con la velocidad.
La manipulación es la herramienta más utilizada hoy en día, para que dejemos las riendas de nuestra vida en manos de otros y nos convirtamos en meros títeres, movidos por hilos invisibles de los que no somos conscientes.
La vacuna: práctica de la AUTOGESTIÓN
Decíamos en el artículo anterior, que
el desarrollo de este Decálogo nació englobado en lo que llamamos
Competencias Horizontales – también denominadas Competencia Transversales- , y
de forma más amplia dentro de la Inteligencia Emocional- CE-.
Podemos
entender la Autogestión como la Meta competencia Transversal por
excelencia, que se manifiesta en todos los órdenes de nuestra actuación
en las diversas facetas de la vida. “Una meta competencia es una
competencia que es tan poderosa que influye sobre la capacidad de la persona
para adquirir otras competencias” [2]
Ya
podemos haber alcanzado un gran desarrollo de las “competencias duras”,
aquellas que desarrollamos en la carrera - que correlacionan con la
inteligencia psicométrica, CI- y que ponemos de manifiesto en el puesto de
trabajo. Si careces por completo de la Meta competencia de Autogestión, no te
servirán de mucho, para lograr una vida satisfactoria con un
elevado BIS: Bienestar Individual Subjetivo. Voy a poner un ejemplo, un
tanto exagerado, en el sentido de que sobrepasa los límites de lo normal,
de lo justo y de lo conveniente, pero muy claro e inteligible en el contexto actual:
si te has esforzado para sacar adelante una ingeniería con un buen expediente –competencias
duras- , pero luego te pasas la vida como “proletariado del teclado”, tu
desarrollo de la Autogestión – competencias blandas que correlacionan, no con
el CI, pero sí con el CE, y con las “disposiciones mentales” – fue deficiente.
Entiéndase
lo del “proletariado del teclado” dentro del siguiente contexto- voy a
repetir parte de lo dicho en el artículo anterior- : Si te incorporas al mercado
laboral con un buen expediente, lo normal, a mi juicio, es que tengas en
cuenta la siguiente fracción para ver lo que te ofrecen: Arriba, en el
numerador, aparecen tres conceptos: Dinero + Tareas + Proyecto de
empresa. Abajo, en el denominador, aparecen dos: Incomodidades e
Incertidumbre.
En
función de donde pongas el foco- saber mirar- , de cómo priorices cada término del numerador,
podrás calcular las probabilidades de caer en un trabajo con un elevado grado
de precarización o, por lo contrario, un trabajo que te permita lograr un alto
desarrollo personal y profesional.
Si
tan solo tienes en cuenta el dinero del numerador y las incomodidades del
denominador, corres un gran riesgo de que termines haciendo el resto de tu vida
un trabajo precario y poco estimulante - "Ganarás el pan con el sudor de tu frente"-.
Si pones el foco - saber mirar- en las tareas del
numerador y priorizan su contenido de tal forma que te permitan formarte,
desarrollarte, retarte estás consiguiendo el desarrollo de dos variables que
van a tener en tu vida una incidencia decisiva: La variable TALENTO y la variable
RETO.
Para optar por esta opción es necesario tener la suficiente claridad mental y desarrollar la "Escala del Saber" - datos, información, conocimientos, sabiduría [3]- hasta el último escalón.
Si
además también llama tu atención en el
numerador el Proyecto de empresa al que te sumas, y este te convence, - "Me gusta lo que hago por que beneficia a mucha gente"- acabarás creando en esa
empresa unos anclajes emocionales que desarrollarán tu motivación y entusiasmo
en tu trabajo y te llevarán a conseguir un elevado BIS – Bienestar Individual Subjetivo – en la
vida además de un -BO: Bienestar Objetivo, medido por variables cuantitativas- . La calidad de vida que logres así disipará
las Incomodidades y la Incertidumbre del denominador.
Con
el término de autogestión hablamos de la capacidad de una persona
para realizar acciones por si misma sin la necesidad de recibir atención por
parte de otras personas. Hablamos de proactividad, de autonomía, de escapar de
donde quieran llevarte de la mano como a un niño, de automatizarte como a un
robot, al que no se le da la oportunidad de madurar y crecer. Hablamos de
personas dispuestas a dirigir su propia vida. Hablamos de personas que tienen
muy claro lo que quieren y planifican su vida dispuestos a mantener lo que
quieren y ya tienen, y a conseguir lo que quieren pero que aún no
tienen.
Personas que no caen en
el virus del “optimismo de pandereta” – destacada “filosofía” especializada en
manipular ocultando y deformando la realidad a las personas y generando
expectativas irreales, llegando , en un plazo más o menos amplio, a
la frustración, al resentimiento y al victimismo-.[4]
Personas que
mantienen como fuente de energía un vital optimismo funcional
a través del cual se marcan objetivos realistas que cumplan los parámetros
propios de todo objetivo, y añadiéndole dos parámetros más que no suelen
aparecer en los objetivos organizacionales: que estén bajo su propio control
personal, es decir, que pueda sacarlos adelante por sí mismas;
segundo, que sean ecológicos, es decir, evaluando el impacto que van a tener en su vida futura una vez que los
consigan.
Nicolás Maxwell, que propone una revolución cultural que evolucione desde el
conocimiento a la sabiduría, define la libertad como “la capacidad de conseguir
lo valioso en una amplia variedad de circunstancias”. Esto exige, empezar por
diferenciar de forma nítida entre precio y valor.
¿Tienes claro
que es para ti lo valioso?
"Decidí que mi deseo anterior de ser un gran físico
teórico y dominar el universo, y mi deseo de ser un gran novelista y maestro de
la vida humana, eran ambos, cuando se los llevaba al límite, aspectos del deseo
de convertirme en Dios. Esto no solo era absurdo; era indeseable. Mucho más
deseable era ser algo que, hasta entonces, me había parecido demasiado
insignificante para merecer ninguna consideración: yo mismo.”- la negrita es mía." [5]
No olvidemos que el éxito personal es la la suma de éxito exterior- el que tenemos en el mundo- y el éxito interno - la satisfacción personal.
En mi opinión, el rasgo más definitorio de la Autogestión, a mi
juicio, es el de tener una firme y constante disposición mental a “crear
opciones”, de tal forma que nunca se vea uno entre la “espada y la pared”,
disponiendo habitualmente de un suficiente número de alternativas,
desde el que pueda elegir lo que más le convenga, sin convertirse en rehén de
nada ni de nadie.
Según Carol Dweck podemos ubicar a todas las personas a lo largo
de un continuo que va desde Mentalidad Fija hasta Mentalidad
de Crecimiento.
Los primeros creen que sus logros se
deben a su capacidad innata; temen al fracaso ya que les pone en cuestión y les
hace dudar de sus propias capacidades. No lo dice ella, pero yo creo que
le baja su nivel de autoeficacia, que definimos en un video que aportamos en
este decálogo, como las probabilidades subjetivas que calculamos, antes
de empezar un proyecto, de conseguirlo a no. Si nos vemos ante el mismo
con poca autoeficacia, lo más probable es que no lo consigamos – explico
en el video el por qué es así-. Bandura la define como “la creencia en la
propia capacidad de organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para
gestionar las situaciones posibles”
Los
segundos, los de Mentalidad de Crecimiento, creen que todo puede
mejorarse y es modificable con aprendizaje y esfuerzo. Para ellos el fracaso es
una fuente de aprendizaje y por lo tanto ni les preocupa ni lo temen.
Para
Carol Dweck, las Disposiciones Mentales tiene una mayor influencia en la vida
de una persona que los recursos cognitivos que esta tenga y vaticina que las
personas con mentalidad de crecimiento lograrán en su vida un mayor BIS:
Bienestar Individual Subjetivo y un mayor éxito.
La
Autogestión, según lo que llevamos expuesto, se relaciona más con una
Mentalidad de Crecimiento que con una Mentalidad Fija.
Nos
dice Carol: “Los estudiantes que tienen una mentalidad fija creen
que sus habilidades básicas, su inteligencia, sus talentos, son solo rasgos
fijos. Tienen una cierta cantidad y eso es todo, y luego su objetivo es lucir
inteligentes todo el tiempo y nunca parecer tontos. Los estudiantes con
mentalidad de crecimiento, entienden que sus talentos y habilidades
pueden desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia. No
necesariamente piensan que todos son iguales o que cualquiera puede ser
Einstein, pero creen que todos pueden volverse más inteligentes si se esfuerzan
en ello”.
El resaltado en negrita es mío: me parece un perfecto
ejemplo para diferenciar entre el “optimismo de pandereta”- hacernos creer que
todos somos un Einstein- y el “optimismo funcional”- las habilidades pueden
desarrollarse mediante el esfuerzo, la buena enseñanza y la perseverancia-.
Para
alcanzar esta autogestión la competencia de cardar, en el sentido que
aquí exponemos, es el primer e imprescindible requisito.
Aclarando conceptos
Me he
inclinado por la palabra cardar, por la fuerza de la analogía
de desechar la estopa del lino en la era agrícola, y la desinformación
basada, no en la escasez, sino en la saturación de la información
en los tiempos actuales, con la cual nos someten a un proceso de
atiborrar nuestros sentidos perceptivos con ‘estopa’ ahogando nuestro cerebro y
logrando como resultado final que nos alejemos de la Auto Gestión y nos
convirtamos en meros comparsas de los demás y de las
circunstancias.
Pero
no elegí cardar tan solo por eso, sino que su potencia
como regla mnemotécnica para recordar tres principios (CAR) y tres
métricas (DAR) fundamentales en la vida de toda persona que quiera practicar la Auto Gestión y conducir su vida. Cardar nos permite
memorizar y recordar los dos primeros principios de este Decálogo de Autogestión:
El
primero de ellos “CARdar para saber mirar” en el cual se encierran los tres
principios básicos de la autogestión: Conciencia, Autocreencia y
Responsabilidad.
El segundo, “CarDAR para progresar”:
Desarrollo personal y Profesional, Aportaciones que hacemos al entorno y Recompensas que
recibimos de ese entorno.
Este
segundo principio del Decálogo de Autogestión,
sintetiza tres métricas, que no solo nos permitirán medir nuestro
progreso, sino, además, entender la lógica de la vida.
¿Filtras
lo esencial de todo el flujo de información que recibes y
sabes diferenciar lo importante de lo accesorio?
Ver VIDEO:
https://tv.uvigo.es/video/5b5b62fe8f420804526d0554
.
Referencias bibliográficas:
COLLINS, Randall: SOCIOLOGÍA DE
LAS FILOSOFÍAS. Una teoría global del cambio intelectual. Editorial Hacer,
S.L. 2005
[1] CARROÑA INFORMATIVA https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/carrona-informativa.html
[2] Briscoe & Hall (1999)
[3] LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 1: PERSPECTIVA Y CLARIDAD MENTAL
https://www.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/596982680448187975
[4] ¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)
https://www.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/8250054928485987236
[5] Nicholas Maxwell. Sobre mí:https://www.ucl.ac.uk/from-knowledge-to-wisdom/aboutme